Para alimentar a tu hijo no deben existir horarios fijos ni tiempos establecidos. Cada bebé y cada mamá tienen sus necesidades y van a ir estableciendo paulatinamente su propio ritmo en el amamantamiento. La lactancia a libre demanda se produce cuando se ofrece el pecho al niño cada vez que lo pide, con la frecuencia y duración que él requiera, siempre asegurándonos de que no pase más de 2 o 3 horas sin comer, sobre todo cuando es un recién nacido.
Por día el bebé tomará la teta entre 8 y 12 veces, y a diferencia de la vieja usanza los pediatras recomiendan hoy no limitar el tiempo y el horario de las tomas. Lactancia a libre demanda significa “dar el pecho cada vez que el niño lo pide”. Él será quien decida la frecuencia y la duración de sus comidas. Eso sí, no hay que dejar que pase más de 2 o 3 horas sin alimentarse, por lo cual si está dormido la mamá lo despertará suavemente con mimos y caricias y lo colocará al pecho en la posición adecuada.
Con el correr de los días, la madre también va aprendiendo a identificar las señales tempranas de hambre, como por ejemplo que el niño se mueva mientras duerme o que haga un gesto con la boca como si estuviera succionando. Es justo este el momento ideal para levantarlo en brazos y amamantarlo. Si esperamos a que llore, el asociará rápidamente que cada vez que llora satisfacen sus necesidades.
Por las noches, la mamá también debe responder a la demanda de su bebé y esto es muy importante porque dar de mamar por la noche nos asegura que se incrementen los niveles de prolactina, que es la hormona responsable de una mayor producción de leche. Si no amamantamos por la noche el cerebro recibe el mensaje de que debe producir menos prolactina y esto hace que se reduzca la cantidad de leche producida.
Cuanto más se ponga al pequeño al pecho, más leche se producirá. El estímulo de succión es lo que genera que se incremente la producción. Durante los primeros días de nacido el bebé sólo necesita extraer el calostro del pecho de la madre y esto será suficiente para él, hasta que al cuarto o quinto día se produzca “la bajada de leche” que es cuando le leche sale en gran cantidad. Sin embargo, en esos primeros días es de vital importancia poner varias veces en el día al bebé al pecho para que succione y así ayudar a que se desencadene este maravilloso mecanismo fisiológico de producción de leche materna.
Suele pasar que en las clínicas, sanatorios y hospitales se le da una mamadera al recién nacido con leche de fórmula. Esto puede ser un gran obstáculo para establecer una lactancia exitosa. El aparato digestivo del bebé en primer lugar no está preparado para recibir una leche de otra especie. Aunque se ha intentado con gran esfuerzo crear leches similares a la leche materna, hasta ahora no se ha logrado. No hay ninguna leche que reúna las propiedades y beneficios que tiene la leche de madre para proteger la salud del bebé. Esto se debe a que la leche materna está compuesta por células vivas que van cambiando incluso durante la toma. En un primer momento es rica en agua y en inmunoglobulina y luego la segunda leche que baja es rica en nutrientes y grasas que ayudan al niño a ganar peso.
Las mamás tienen el derecho a pedir a las enfermeras que no le den esa primera mamadera al bebé, porque muchas veces los confunde en cuanto a la forma de succionar atentando contra la lactancia. Además, generalmente se les brinda una cantidad de leche que excede su capacidad gástrica haciendo que durante varias horas no se prendan al pecho de la madre y al no haber succión, la leche demora más en bajar.
Una vez establecida con éxito la lactancia, las tomas se irán haciendo más espaciadas y más breves. Al principio una mamada completa, vaciando los dos pechos como recomiendan los especialistas, podía llevar aproximadamente una hora, mientras que cuando el bebé ha cumplido 3 meses en 3 o 4 minutos podrá extraer toda la leche que necesita. Hasta el sexto mes de vida lo mejor es la lactancia exclusiva, y desde entonces si bien se empieza a complementar su nutrición con otros alimentos, debe mantenerse la libre demanda para amamantar. El niño pedirá el pecho cuando tenga hambre, cuando tenga sed, cuando necesite mimos y contención y hasta para jugar. Es saludable responder a todas sus necesidades hasta que comienza el proceso de destete.
¡Cuando el bebé lo demande!
* Cuando el bebé pide la teta, no se la podés negar aunque estés en la calle o viajando en colectivo. El acto de amamantar es el acto más hermoso de amor y debería ser valorado como tal por la sociedad. ¡No hagás caso a los prejuicios!
* No interrumpás la toma. Esto altera al bebé y también pone de mal humor a la mamá. Asegurate de estar cómoda y dedicale a tu bebé todo el tiempo que necesite para alimentarse.
* Cuando pongas al bebé al pecho vas a notar que aprieta su puño y lo mantiene cerrado mientras succiona con fuerza. A medida que el bebé se va llenando se va relajando y abre su mano. Cuando ya no sale más leche de la mama solito va a soltar el pezón.
Con el asesoramiento de Mirta Machuca. Licenciada en Nutrición