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Celebrando la lactancia materna exitosa

Para celebrar con éxito la lactancia, una mamá debe estar preparada y bien informada desde el embarazo. Afortunadamente, la mayoría de las mujeres tenemos la capacidad de producir el mejor alimento para el bebé; así es que con un poco de perseverancia y siguiendo al pie de la letra las recomendaciones de los especialistas, podemos alcanzar los resultados esperados.

Amamantar a un hijo es el anhelo de casi todas las mujeres. Junto a ese anhelo pueden aparecer algunas dudas y temores que empañan el panorama y nos  llenan de nervios y emociones negativas. Cuando esto sucede, la mamá tiene que pensar en estar bien para su bebé, para transmitirle la calma y seguridad que tanto necesita.

La mayoría de las mujeres tienen la capacidad de producir el alimento ideal para su bebé. Por lo tanto, sólo hace falta tener un poco de confianza, paciencia y voluntad para llevar adelante el desafío de la lactancia, en forma satisfactoria.

Poner al bebé al pecho inmediatamente después de haber nacido, facilita que se establezca una succión efectiva, favorece al vínculo y evita la sustitución de la leche humana por la de fórmula.  El alimento ideal durante los primeros seis meses de vida y hasta los dos años es la leche materna. Contiene los componentes adecuados para cada bebé y en las proporciones justas. Posee características inmunológicas que contribuyen al  desarrollo del niño, evitando infecciones y conlleva ciertas ventajas a largo plazo, en la salud del adulto. Está demostrado que previene la obesidad y la anemia, entre otras enfermedades.  Para mantener una buena lactancia, la Organización Mundial de la Salud indicó que debe hacerse con la frecuencia que quiera el niño tanto de día, como de noche, y evitar el uso de chupetes y mamaderas.

Si por alguna razón no es posible continuar amamantando, lo mejor es consultar con el médico pediatra y evaluar las posibles soluciones al problema. Por ejemplo, cuando la mamá vuelve a trabajar tempranamente y no es suficiente el almacenado de leche materna,  los especialistas recomiendan recurrir a la leche de fórmula.

Existen en el mercado fórmulas especialmente diseñadas para cubrir un perfil similar al de la leche materna, nunca igual, pero que se acerca bastante. Las mismas tienen proporciones y sustancias bioactivas parecidas a la leche de madre, con determinados valores de proteínas de alto valor biológico, ácidos grasos ideales para el cerebro en desarrollo, vitaminas, hierro y minerales.

Desaconsejan la leche de vaca antes del primer año.

La leche de vaca tiene proteínas con proporciones diferentes a la de la leche materna, contiene escasa vitamina D, poco hierro,  y alto contenido de sodio, por lo cual el desarrollo del niño que recibe este alimento antes del primer año de vida no será el mismo de aquel que se alimenta de la leche de su madre.

Además, posee más contenido graso que la leche materna y estas grasas son de baja calidad. Las mismas no se metabolizan correctamente y pueden hacer que los bebés engorden innecesariamente y hasta incrementar la predisposición de ese pequeño a la obesidad.

Las proteínas de la leche de vaca pueden favorecer a la pérdida de pequeñas cantidades de sangre, al actuar en un intestino todavía en desarrollo. Probablemente la mamá no lo notará, pero estas pérdidas de sangre a nivel intestinal pueden desencadenar anemias, si sumamos al cuadro el bajo hierro que contiene la leche de vaca.  Estas proteínas, que no son precisamente las ideales para los niños, también pueden estimular que se activen determinados genes y se desarrollen enfermedades a largo plazo.

Es importante saber que a partir del cuarto mes se debe incorporar un suplemento de hierro, porque tanto la leche de madre, como la leche de formula tienen bajo contenido de hierro. Después del año, sería conveniente optar por las leches de fórmula especialmente desarrolladas para esa edad; pero ero si económicamente esto no posible,  ya podemos incorporar la leche de vaca y derivados, descremados y debidamente pasteurizados.

 

Sabías qué?
Según una reciente encuesta realizada en nuestro país, sólo el 5% de las mujeres que retoman su actividad laboral luego de su licencia por maternidad, mantienen la lactancia exclusiva hasta los 6 meses de su bebé. Entre las mujeres que abandonan la lactancia con la actividad laboral, el 78% lo hace en las primeras semanas de retorno al trabajo. 





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