lactancia
Lactancia en el prematuro: Reflejo de succión.
Cuando el bebé está en el vientre materno ya ha
empezado a aprender a succionar. Sin embargo, este es un mecanismo complejo que
se perfecciona una vez establecida la lactancia materna, y que requiere que el
niño coordine respiración, succión y deglución. Por ejemplo, cuando deglute
deja de respirar y está comprobado que esta habilidad antes de las 34 semanas
de gestación todavía es inmadura.
Lo ideal sería que un
bebé sea puesto al pecho de su madre en la primera hora de vida, inmediatamente
después del parto. Pero cuando el alumbramiento se produce en forma precoz y el
embarazo no llega a término como se esperaba, poder iniciar y sostener la
lactancia materna resulta algo más complicado. Lo que hay que saber es que el
amor de madre, la paciencia y fuerza de voluntad todo lo pueden y son muchas
las mamás que con gran esfuerzo y dedicación consiguen amamantar a sus bebés
prematuros de manera exitosa.
Comenzar lo antes posible con la alimentación
de estos niños es la recomendación de los especialistas. Si todavía no pueden
succionar y no se prenden al pecho, se determinará cual es la mejor forma de
nutrirlo dependiendo de varios factores como la edad gestacional y el estado
crítico.
Los prematuros quedan
internados, algunos en terapia intensiva, conectados a distintos aparatos y
cubiertos de cables. Años atrás no se los podía sacar de las incubadoras, pero
actualmente existe evidencia científica de sobra a cerca de los beneficios que
conlleva el contacto piel a piel de la mamá con su pequeño hijo. A esta
práctica se la conoce como “método canguro” y poco a poco ha ido tomando auge
en distintos lugares del mundo. Ayuda a afianzar el vínculo, contribuye a la
producción de leche, regula la temperatura y los niveles de glucemia del bebé. Está
demostrado que mejora los parámetros de respiración y la saturación de oxígeno.
Estar cerca de mamá es lo que más quiere el recién nacido, escuchar los latidos
del corazón de su madre y reconocer su voz y su olor. Todo esto estimula el
recuerdo de la experiencia intrauterina.
Hoy los hospitales
deben estar centrados en la madre y la familia, sobre todo aquellos que tratan
a chicos que necesitan atención de alta complejidad. La contención del equipo
de salud es fundamental para los padres. Los horarios de visita deben ser
irrestrictos, es decir que pueden entrar y salir a ver y alimentar a su hijo
cuando lo deseen. La mamá atraviesa por
un estrés profundo, miedo, angustia y cansancio. No es fácil adaptarse a esta
situación, no es sencillo asimilar toda la información que le brindan los
médicos y resulta muy movilizador para ella tener que volver a casa con los brazos
vacíos, dejando al bebé al cuidado de terceros.
La leche de mamá: el mejor alimento
El mejor alimento
para el recién nacido prematuro es la leche fresca de su mamá porque lo nutrirá
e inmunizará tal como él lo necesita. Si no puede ser fresca, será bueno darle
la leche materna que mamá se extrajo y que luego estuvo guardada en la heladera
(preferentemente) o bien en el freezer. Si por alguna razón la mamá no puede
darle su leche, hoy se puede recurrir a los bancos de leche que hay en
distintos puntos del país. La leche humana pasteurizada en estos bancos pierde algunas
propiedades y otras se reducen, pero aún así sigue siendo mucho mejor que
cualquier fórmula láctea.
Cuando el niño se va
recuperando se intenta que se prenda al pecho y se evita el uso de mamaderas
porque las tetinas tienden a confundirlos y obstaculizan el éxito de la
lactancia.
Ya no se habla de
leches maternizadas sino de leches de fórmula, porque aunque se intentó imitar
a la leche materna, no se logró igualarla. La leche de vaca se procesa para
reducir la proteína, pero sigue siendo de otra especie y ni cuenta con las
propiedades, ni aporta los beneficios que puede aportar la leche humana.
Sabías qué?
Con la succión el bebé estimula los receptores que hay en
la areola del pezón, estos transmiten información a la hipófisis, una glándula
que segrega hormonas como la prolactina y la oxitocina, provocando que empiece
a fluir la leche. Cuando este estímulo no se produce puede reemplazarse por la
extracción manual de leche, pero para que esto funcione correctamente es
necesario que la madre se extraiga leche más seguido, piense en su bebé y
mejore el ánimo y la confianza en sí misma.
Con el
asesoramiento de María del Carmen Covas. Pediatra y Neonatóloga del Hospital de
Niños de Bahía Blanca – Buenos Aires.