En relación a la lactancia materna abundan los mitos y falsas creencias. Desmitificamos algunas de las más comunes para que puedas estar tranquila a la hora de amamantar.
MITO 1: Se debe amamantar en intervalos y periodos de tiempo específicos
Error! La lactancia es a demanda del bebé, de acuerdo a sus tiempos y necesidades.
MITO 2: No produzco suficiente leche
La hipogalactia primaria (incapacidad para producir suficiente leche materna) es poco frecuente. La mayoría de las mujeres son capaces de producir suficiente leche para alimentar a su bebé o sus bebés. Si no lo hacen, es porque existe otro problema (hipogalactia secundaria a, por ejemplo, mala técnica de lactancia, o anquiloglosia u otra dificultad del bebé para extraer la leche). En dichos casos lo mejor es recurrir a un experto que pueda ayudarnos a solucionar el problema.
MITO 3: Ya está grande para tomar la teta
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda lactancia materna exclusiva durante seis meses, y hasta los dos años o más acompañada de otros alimentos. El destete precoz no solo influye en la nutrición del bebé, va mucho más allá: aumento del riesgo de infecciones en los bebés, aumento del riesgo de muerte súbita del lactante, de obesidad y diabetes en etapas posteriores… También tiene más riesgos para la madre: más riesgo de cáncer mama, ovarios y útero, de diabetes tipo 2, de enfermedad cardiaca.
La lactancia no debe doler; si duele es que algo está mal. Sin embargo, muchas madres (y profesionales) no lo saben, se resignan, y finalmente abandonan la lactancia. Cuando amamantar duela hay que buscar ayuda experta para encontrar qué es lo que está generando el dolor. Puede ser una mala posición al amamantar, por ejemplo.
MITO 5: La leche materna no lo alimenta lo suficiente
La leche materna es el mejor alimento para el bebé. A diferencia de la leche de fórmula, la leche materna puede adaptar su composición a las necesidades del lactante. Así, la leche que producen las mamás que dan a luz a un prematuro es diferente a la leche de las que tienen bebés a término. Y la leche de las madres que acaban de dar aluz (calostro) es diferente de las que tienen bebés más más grandes.