embarazo
Viajar embarazada
Cuando una mujer embarazada quiere emprender un viaje lo primero
que debe hacer es conversar con el obstetra y seguir sus indicaciones. Si no
existen razones médicas que lo impidan, el segundo trimestre es el más seguro
para viajar.
Antes
de tomar la decisión de viajar, la embarazada debe visitar a su obstetra y
tener una charla sobre los pro y los contra de hacer un viaje en su estado. El
especialista analizará su caso de manera particular y le dirá si hay
posibilidades o no de realizarlo, teniendo en cuenta distintos factores:
1. Edad gestacional
·
Primer
trimestre: hay que tener cautela en este periodo
debido a que muchos embarazos se pierden en el primer trimestre. Lo ideal es
que la futura mamá esté tranquila y no realice mucho esfuerzo físico. Además,
es común en esta primera etapa que aparezcan náuseas y vómitos, síntomas que
durante un viaje pueden llegar a empeorar. No es aconsejable emprender viajes
prolongados.
·
Segundo
trimestre: es el más seguro para viajar porque el
cansancio y las molestias iniciales ya se superaron y la embarazada se siente
más cómoda y segura. Si no existen razones médicas que lo impidan, sería el
momento ideal para unas vacaciones.
·
Tercer
trimestre: no es recomendable trasladarse ya en
esta instancia porque la panza de la gestante está más grande y ella se siente
más pesada y menos ágil. No podemos descartar la posibilidad de que el parto se
adelante y sería muy inconveniente que ocurra en medio de un viaje.
2. Destino y duración
El obstetra tiene la responsabilidad de
evaluar el caso puntual de la paciente, para indicarle si puede viajar o no,
con lo cual una conversación previa resulta fundamental. Él preguntará el lugar
de destino y el tiempo de duración previsto para ayudar a la embarazada a
planificar su viaje de un modo más prudente o bien sugerirle directamente que
no lo realice. Puede que el especialista autorice un traslado a un lugar
cercano, siempre que se realice por pocos días; pero que no se arriesgue a dar
su aprobación para un viaje con destino lejano, por tiempo indeterminado o
demasiado prolongado.
3. Medio de transporte
·
Avión: es un
medio seguro para realizar viajes
largos siempre que el embarazo no sea de alto riesgo. La mayoría de las compañías
aéreas permiten viajar hasta las 30 semanas de gestación, atentas a que desde
entonces existen mayores posibilidades de que se desencadene el parto por el
aumento de la presión. Algunas conceden el permiso de viajar entre las 30 y las
36 semanas siempre que se presente un certificado médico.
·
Automóvil
Después de las 30 semanas de gestación se
recomienda a la futura mamá que ya no conduzca su automóvil porque esto podría
ser peligroso para ella, para el bebé y para los conductores de otros
vehículos, teniendo en cuenta que cuando el abdomen esté más grande ella no
tendrá los mismos reflejos, por ejemplo, a la hora de frenar o evadir
obstáculos.
·
Colectivo
Este es uno de los medios más inseguros para
trasladarse debido a que los choferes de colectivos, por lo general, van a gran
velocidad y frenan bruscamente, con lo cual una embarazada a bordo tiene más
posibilidades de tener una caída. Si no tiene otra opción más que transportarse
en colectivo se recomienda siempre viajar sentada y hacer valer su derecho de
que le cedan el asiento cuando no hay lugar disponible. Si el viaje se realiza
en un colectivo de larga distancia, es conveniente elegir un asiento cercano al
baño, ubicado en la planta de abajo, con suficiente espacio para poder estirar
y mover las piernas.
·
Motocicleta
Está desaconsejado andar en motocicleta
durante el embarazo porque aumentan las chances de sufrir caídas y los
consecuentes traumatismos, que pueden afectar severamente la salud del bebé y
la mamá o provocar un aborto.
4. Motivos del viaje
El médico indagará a la paciente también
sobre los motivos que la empujan a querer realizar un viaje estando embarazada.
No es lo mismo hacer un viaje de placer tomando unas mini vacaciones de fin de
semana para relajarse, que emprender un viaje hasta el otro extremo del país
para visitar a un familiar enfermo o por trabajo. El nivel de estrés que
suponga para la gestante será también un factor determinante en la resolución
del especialista.
Con
el asesoramiento de Federico Zandanel. Médico tocoginecólogo.